Estudioso de la Palabra

“Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como hoy lo sois todos vosotros” Hechos 22:3

En este mes, en la cual nos preparamos para el regreso la escuela, debemos de recordar algunos de los personajes Bíblicos, cuyo ejemplo en el área de los estudios de la Palabra de Dios, no sirve de exhortación y estimulo, para poder emprender un nuevo cometido en el estudio de la Palabra de Dios.

La Palabra de Dios, desde su comienzo en el libro de Génesis, hasta el final en el libro de Apocalipsis, es una inspiración, directamente, de parte de Dios.  ¡Aunque los hombres fueron instrumentos en las manos de Dios para llevar a cabo la redacción de la misma, el único autor verdadero, de la Palabra de Dios, es el Espíritu Santo! 

En esta porción Bíblica, Pablo aprovecha la oportunidad para hablar sobre algunas de las cosas que Dios había hecho en su vida.  Este testimonio es dado con el propósito de impactar a las vidas de las personas que estuvieran al alcance de su voz para escucharle, y luego para los creyentes del futuro, que tuviesen la bendición de leerlo en las Escrituras.  ¡Qué transformador es conocer al Señor, y su voluntad, a través de su Palabra! 

Antes de su conversión, Pablo era un judío educado en la Ley.  Él mismo da testimonio de esto en Hechos 23:6 cuando dice de sí mismo que es “fariseo, hijo de fariseo”.  O sea, no se puede negar que su educación de la Biblia Hebrea era extensa.  Incluso, vemos en este pasaje de estudio que él dice que fue “instruido a los pies de Gamaliel”.  En el Nuevo diccionario Bíblico Certeza observamos que Gamaliel fue nieto del Rabino Hillel, doctor en la ley, y miembro del Sanedrín.  Aquí vemos que “Pablo lo reconoció como su maestro, y lo tenía en tan alta estima que lo designó “rabán” (nuestro maestro), título más elevado que “rabino” (mi maestro)”.

Pablo aún no había conocido al Señor de manera personal (Hechos 9), pero ya, mediante el estudio de las Escrituras, él sentía celo por las cosas de Dios.  Lamentablemente, ese celo fue canalizado de manera adversa para los cristianos, hasta que tuvo el encuentro con el Señor, que lo transformó de manera poderosa y definitiva. 

La conversión de Pablo fue, por completo, un acto de Dios.  Pero la preparación para ese encuentro, y para la obra misionera de Pablo en el futuro, comenzó a los pies de Gamaliel.  Fue una preparación progresiva, tal como lo es con cada uno de los creyentes.  Con frecuencia estamos en medio de un periodo de preparación y elaboración en las manos del Señor; y ni siquiera nos damos cuenta que Dios está obrando, como alfarero, pero con un propósito divino - para ser lanzado y utilizado en algún otro momento, que quizás no sea el presente.  La Palabra de Dios es la guía al creyente, paso a paso, a través de cada etapa de la vida, y nunca falla en su dirección.

La Palabra de Dios libera a los pecadores que están enceguecidos por el poder de las tinieblas.  Como lo hizo por Pablo, que estaba enceguecido, porque aunque conocía la Ley, aún no había tenido ese encuentro personal con el Señor Jesucristo. 

La Iglesia profesante tiene disponible la revelación de Dios para con la humanidad, mediante el registro Bíblico.  Debemos de aprovechar ese recurso hasta el fin de nuestros días, mientras pueda ser hallado, y permitir que el Espíritu de Dios nos guie a toda verdad.  Habrán tiempos en la cual “no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencia” (2 Tim 4:3).  El estudio de la Palabra de Dios nos reafirmará en nuestra fe y solidificará nuestras convicciones. 

El simple relato de los tratos del Señor con Pablo, igual que con nosotros, llevándolo, guiándolo, desde una posición de oposición, a una profesión de fe.  Es el testimonio de los hechos de la vida de Jesús, y su impacto en la humanidad, que suele impresionar más que los discursos elaborados. 

¡Háblele al mundo de lo que el Señor ha hecho en su vida…y de esa forma, anime el crecimiento con estudio de la Palabra de Dios.



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2 comentarios:

  1. Anónimo5.6.10

    Las profecías del Señor son duras al oír, pero son necesarias para la corrección. Pueblo de Dios, no permitas que seas tú uno de esos árboles derribados. Aférrate a Dios, y busca el “primer amor” que alguna vez disfrutastes con Él. Conserva la sana doctrina y persevera hasta el final. La recompensa es gloriosa, en la presencia del Señor.

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  2. Anónimo4.4.11

    si estoy deacuerdo con e el hermano :: ay muchas personas que son medias alocadas
    estos intrumentos son para alabar a dios : y no tienen poderes magicos y no esta mal usarlos para adorar su nombre ::: solo ay que tener cuidado con este tipo de gente que se confunde facil mente : en apocalipsis somos adbertidos : estos son los indoctos e incostantes que se cunfunde facilito:
    yo conosco al pastor que esta en el video de arriba y el nunca dijo cosas tales como las que son descritas en este articulo ni tampoco piensa asi : por eso ay que tener cuidado con lo que se oye
    desde argentina roberto altamirano saludos

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